Foto de Félix Márquez
(Texto de marzo de 2013)
Rodrigo Soberanes /@rodsantin
Los vigilantes de colonia caminaban por
la noche con sus rifles y sus rostros cubiertos. Una patrulla municipal que circulaba por el
lugar se detuvo y un mando preguntó: “¿todo tranquilo?”. Después de minutos de
plática bajo un poste de luz, cada quien siguió su camino.
El “Ciudadano Vigilante” es un “proyecto”
que comenzó en el predio El Inglés, en Tlalixcoyan, un municipio donde
“terminaron los días de dormir con las puertas abiertas y de esperar a que tu
vecino te cuide,” como era antes, según Luis Alvarado, el presidente del
Consejo Ciudadano de Seguridad.
A siete meses de asumir la vigilancia por
ellos mismos, los hombres con rostros tapados con paliacates afirman que sus rondines
nocturnos ya dieron resultados contra la delincuencia común que azotaba a su
colonia con cortes de luz, robos y asaltos.
Llevan rifles de casa y cualquier objeto
que les sirva para defenderse y en caso de ver a algún sospechoso en la colonia
y presenciar algún ilícito, llaman a las autoridades. Ahí –dice- termina su
función. “Somos vigilantes de colonia, no policía comunitaria”, aclaran.
El mensaje de los cinco hombres perdiendo
horas de sueño para recorrer las calles de sus comunidad (duermen tres horas
diarias, pues todos trabajan en el día) es: “en mi casa no te metes, ya estamos
hasta la madre (…) es una reacción voluntaria porque ya no se puede”.
Antes del recorrido, venían de explicarle
su experiencia a cientos de personas reunidas en la congregación de Piedras
Negras, donde el Consejo Ciudadano de Seguridad citó al alcalde José Muñiz y a
sus colaboradores en la materia, además del agente ministerial.
Rafael Peña, uno del grupo de vigilancia
de El Inglés pasó al frente y los demás se quedaron sentados confundidos entre
los participantes de la reunión para evitar ser reconocidos por posibles delincuentes
infiltrados.
Ahí, el alcalde dejó claro que apoya la
iniciativa de formar un Consejo Ciudadano y el presidente de esa organización,
Luis Alvarado, afirmó frente a la concurrencia que esa estructura organizativa
será el vínculo entre las autoridades a la ciudadanía, que desbordaba quejas de
inseguridad y corrupción cuando hacían uso de la voz durante la reunión.
Rafael Peña dijo que la base de la
seguridad de su colonia es la “organización” entre las familias para estar en
comunicación permanente y “echarle el ojo” a personas extrañas. “No tengan
miedo, nuestro peor enemigo está en nosotros y es el miedo”, dijo Peña
recibiendo aprobación con aplausos.
Fue una sesión con programa específico
para el uso de la palabra que terminó con un micrófono abierto para la
ciudadanía. Un secretario levantó un acta y se acordó –a petición del alcalde-
repetir esa reunión dentro de un mes y revisar si lo acuerdos se cumplieron.
Este miércoles por la madrugada, la
colonia El Inglés estaba vacía. En cada cuadra, los vigilantes señalaban puntos
donde solían reunirse jóvenes a tomar alcohol y a delinquir, dijeron los
hombres con rostro cubierto.
Uno de los acuerdos de octubre pasado en
El Inglés fue prohibir a los menores de edad permanecer en la calle después de
las 10 de la noche. Un toque de queda
que los cuidadores hacen cumplir con rigor cuando ven a alguien en la vía
pública, le piden su identificación y lo hacen volver a casa si es lo que
procede.
Durante el recorrido, el grupo de
vigilancia informó que, pese a haber ahuyentado los delitos comunes y de dormir
unas tres horas diarias, sus rondines seguirán y buscarán “que las otras
colonias hagan lo mismo.”
1 comentario:
Señor Soberanes, le he mandado un privado por facebook. Espero no le moleste. Un saludo.
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