viernes, 29 de julio de 2011

"Perdón hermanos zetas" por una sociedad que los hizo criminales: Solalinde




Rodrigo Soberanes

Coatzacoalcos, Ver.- "Perdón hermanos zetas que han contribuído al dolor de las personas", dijo el padre Alejandro Solalinde, de rodillas y rodeado de cientos de migrantes que oraban con él en "la catedral del secuestro", Coatzacoalcos.

"Quiero pedir públicamente perdón a los Zetas, perdón a todos los delincuentes y a todos los hermanos funcionarios porque nosotros les hemos fallado, antes que violadores, son víctimas de una sociedad enferma que no supo darles valores", dijo el defensor de migrantes en una misa celebrada a escasos metros de una vía del tren.

Hoy se congregaron unos 500 viajeros procedentes de Honduras, Salvador y Guatemala en la caravana que los llevará hasta la ciudad de México realizando actividades en las que se lanzarán llamados por la paz y el cese a los crímenes atroces que padecen en suelo mexicano.

El encuentro se realizó bajo el puente de la Avenida Uno de esta ciudad del sur de Veracruz. Es un lugar donde "no entra la policía" en un día común y corriente en que, según testimonios, se estacionan camionetas con sujetos armados a bordo que esperan al asecho de los centroamericanos.

Representantes de los países involucrados, así como autoridades y organizaciones de derechos humanos se congregaron en una jornada marcada por la oración en la que el padre Solalinde pidió "perdón" a los delincuentes en nombre de la "iglesia burocrática" de las familias que no dieron resultado y de las escuelas que no los educaron para hacerlos personas capaces de infligir tanto dolor.

Solalinde, coordinador del albergue Hermanos en el Camino, de Ixtepec, Oaxaca, también se disculpó por las fallas de las iglesias, porque solo les dieron "una embarrada" de valores y porque se han olvidado de evangelizar, convirtiéndose en instituciones "burocráticas".

"Quiero pedir perdón por esas iglesias cristianas evangélicas o católicas que les dieron una embarrada de religión y de valores, quiero pedir perdón porque no supimos formarlos en los valores de Jesucristo, porque no les enseñamos que los más grande es un padre maravilloso que nos ama a todos", dijo el religioso, que pidió a los presentes permanecer de pie.

Solo él, el fray Tomás González Castillo, de Tenosique, Tabasco, y el padre David Hernández Tobilla, de Coatzacoalcos, permanecían hincados "en penitencia", los viajeros no, la suya es más grande y prolongada. Solalinde siguió: "en lugar de haberles enseñado esos valores les hemos permitido que busquen otros valores y dioses como es el dinero, el ídolo del momento".

"En fin, por todo esto, hermanos Zetas, que han participado en la delincuencia organizada y que han contribuido al dolor de estas familias que están aquí. por ellos les pido perdón de todo corazón", finalizó.

Por su parte, el fray Tomás González pidió "perdón" a nombre de un país que se ha acostumbrado a agachar la cabeza que "no supo actuar cuando supimos que eran violados sexualmente, secuestrados y asesinados".

El religioso franciscano continuó: (los delincuentes) "perdieron la conciencia, su criminalidad los ha bestializado" e hizo un llamado "a los sicarios, a los que mutilan, a los halcones (informantes de la delincuencia) y autoridades corruptas" a impedir que ocurra una muerte más.

Reunidos en "la catedral del secuestro", como la bautizó Solalinde, cientos de migrantes se reunieron en una sola caravana lanzando el clamor de "frenar el holocausto" que azota a los viajeros de Centroamérica que cruzan Veracruz rumbo a los Estados Unidos.

Familiares de desaparecidos, asesinados y mutilados portaban fotos de sus seres queridos sobre el pecho, en letreros que les colgaban del cuello. Ellos y los tres sacerdotes lanzaron agua bendita en donde han encontrado migrantes mutilados. El dolor embargó a todos los presentes, reinó el silencio, brotaron lágrimas cargadas de historias de dolor indescriptible y los anhelos y pensamientos viajaron directo y sin escalas a Centroamérica.



En "la línea de la bestia", los dolientes depositaron ofrendas florales mientras un tren se acercaba. Nadie se movió y la máquina retrocedió. La vía estaba ocupada y no había paso. Estaban los migrantes, que se santiguaron "con la esperanza de que todo cambie".

Hoy por la noche la caravana seguirá la ruta migratoria hacia Tierra Blanca y el domingo culminará en Amatlán, en el centro de Veracruz.