miércoles, 31 de julio de 2013

Evangelio y Revolución




 Rodrigo Soberanes

Un fraile y varias mujeres activistas, caminaron sobre las vías del tren con decenas de migrantes a sus espaldas mientras una locomotora se acercaba de frente a ellos. Al final, en ese 31 de julio de 2011, la máquina se detuvo.

Era Fray Tomás González Castillo visitando Orizaba, Veracruz, y "Las Patronas", mujeres altruistas que alimentan migrantes cerca de las vías en la zona centro de Veracruz, y migrantes centroamericanos que exigían el alto a los secuestros, asaltos y asesinatos.

Cuando pararon a "la bestia", subieron a ella y desde ahí, el Fray Tomás lanzó consignas a las autoridades mexicanas para que paren las atrocidades y se esclarezcan las ya cometidas por la delincuencia organizada.

Esos hechos ocurrieron durante la marcha de migrantes Paso a Paso Hacia la Paz que salió desde Centroamérica y llegó hasta la Ciudad de México. Ahí, Tomás González fue apodado "Fray Tormenta" por su compañero activista, Rubén Figueroa.

El 11 de marzo de 2012, en el Hogar Refugio para Personas Migrantes La 72, de Tenosique, Tabasco, el Fray Tomás explicó cómo llegó a ponerse frente a un tren, hacerlo parar y subir en él para lanzar fuertes críticas al gobierno mexicano.

En una plática, acuña frases como "esto es Evangelio puro", "aquí nos llega Cristo crucificado" o "en este mundo hay que hacer una revolución", mientras se da tiempo de atender a niños migrantes no acompañados, mujeres golpeadas y detalles de logística del albergue que dirige.

Repasa momentos de su actividad como defensor de derechos humanos y de migrantes. Recuerda, por ejemplo, haber ayudado a conseguir trabajo a unos centroamericanos travestis.

"Entonces empezaron a decir los mismos católicos allegados a la parroquia que estábamos alentando la prostitución, que eran una bola de putas las que teníamos en la parroquia, y unos maricones, y que seguramente yo andaba con uno de ellos o una de ellas. Son cosas muy difíciles de creer pero que finalmente pasan en el seno de la iglesia".

Fray Tomás negó las acusaciones y desde el púlpito de la Parroquia de Tenosique, frente a la feligresía y a sus señalantes, dijo citando a Cristo en el Evangelio: "las putas son las que se nos han adelantado en el reino. Ósea que ellas están adelante de nosotros (ríe) no lo digo yo, lo dice el Evangelio".

-Los sacerdotes que viven el Evangelio de esa manera, ¿son un caso aislado dentro de la Iglesia Católica?

"Si, somos entes raros. La Iglesia como institución está muy infiltrada por un crimen. No es comparable con el crimen organizado pero sí hay gente criminal en la iglesia, los pederastas, los no-pederastas pero los que usan a la mujer, los que están llenos de dinero de la iglesia y los usan para sus barrabasadas". 

Originario de la Ciudad de México, en un año y medio de estadía en Tenosique, Fray Tomás ve en los migrantes a "Cristo crucificado", al Cristo "que hay que ayudar a bajar de la cruz".


El miedo y la estampida


Su camioneta gris de batea es vista con frecuencia transportando migrantes. "El cardumen de migrantes", como dijo un comensal en una cafetería de Tenosique, ciudad de unos 60 mil habitantes que se encuentra a menos de 60 kilómetros de la frontera México-Guatemala.
De noche, rumbo a La Palma (comunidad fronteriza donde llegan los migrantes por balsa), Tomás González y Rubén Figueroa ven a unos 15 jóvenes caminando a orillas de la carretera. La Camioneta se detiene, el Fray lanza un silbido y la mitad de ellos huye hacia el monte con habilidad felina.

El pavor es alivianado cuando le miran la túnica en medio de una densa oscuridad y lo identifican como el Fray que le da albergue a los migrantes. Algunos suben y Rubén los acompaña en la batea. Otros prefieren seguir a pie y completar la kilométrica trayectoria hacia Tenosique, la primer ciudad que verán en México.




"(Esta labor) No es nada romántica. Es muy complicada… sí. Es la carne viva, roja, la herida abierta. Sí, es un trabajo muy desgastante física, espiritual y emocionalmente".

El sacerdote franciscano cuenta que el Instituto Nacional de Migración (INM) lo demandó dos veces por la vía penal por los delitos de obstrucción de la autoridad y tráfico de personas.

¿Cómo se prepara una persona para esto que vive?

"Nosotros cargamos un gran sufrimiento en las espaldas, llevamos un gran sufrimiento en el corazón. Hay un costo que hay que pagar".

¿Cómo llega al final del día, se toma una cerveza?

"A veces (ríe) aquí un día se nos va muy rápido, yo empiezo muy temprano a hacer deporte y vengo para acá. A veces me quedo aquí cuando me agarra la noche. Esto a veces no termina, estamos recibiendo migrantes a las 2,3 o 6 de la mañana."

Tomás González continúa explicando cómo llegó un fraile (él mismo) a ponerse frente a un tren en marcha. Habla de migrantes muertos en sus manos tras ser mutilados por el tren, de mujeres violadas, de secuestros masivos y luego lo interrumpe un hondureño de 11 años que llegó solo al albergue porque va en busca de su madre que vive en Houston, Texas.

Ahora va a la escuela en Tenosique y dice que tiene una novia que vive junto a las vías. Habla rápido, exhala buen humor. No da entrevistas y advierte que "nada de fotos" porque está cansado de los periodistas. Hace lo que le dice el Fray.

¿Cómo hace para manejar el apego con ellos?, se le pregunta al fraile.

"Aquí hay que meter el corazón, no hay de otra. Es vivir el evangelio, así lo entiendo. No podemos acostumbrarnos al dolor porque con tanto dolor y tanta historia que te cae, se te va endureciendo todo. Esto es evangelio puro.

Mientras transcurría la plática llegaron Blanca Martínez, de El Salvador, y Dilcia Cortés, de Honduras. Se conocieron en una balsa repleta de migrantes que las llevó de El Naranjal (Guatemala) a La Palma.

Dicen que no van a separarse. Sus historias son similares, pues a ambas las golpeó su esposo y huyeron después de dejar encargados a sus hijos con familiares.

En Tenosique, cuando se iban a subir al tren que los llevaría a Veracruz dieron marcha atrás. "Dicen que abusan de nosotras las mujeres. Se aprovechan más cuando una va sola", dijo Blanca Martínez, cuyos hijos piensan que su madre salió de un viaje del que pronto va a regresar.

Dilcia Cortés trata de narrar la golpiza que le dio su marido. No pudo hacerlo. Cuenta que viajó en "bus" desde Honduras, que durmió en banquetas, que vio a un cocodrilo en el río y que se heló cuando supo lo que podía pasarle en el tren.

El las horas calmadas de la tarde, cuando los migrantes descansan en el albergue, surgían rumores de que se las estaban "repartiendo" para el viaje. Pasaron tres días después de la entrevista y, según contó Rubén Figueroa, las dos finalmente abordaron el tren.

Tomás González asegura que ha tenido casos de secuestros dentro del albergue: "Aquí mismo hemos desarticulado una banda de secuestradores, tenían secuestrados a tres aquí adentro hasta que nos dimos cuenta".

Pese a ello, insiste en "el perdón" y cree en "la conversión de los seres humanos". Dice que ya lo vivió cuando unos miembros de la banda de los Mara Salvatrucha llegaron a la parroquia, fueron atendidos y se fueron dejando una nota que decía: "Veníamos a matar al responsable de este lugar".

-Eso es a nivel personal, ¿y a nivel social?

"A nivel social son otras las medidas que hay que tomar. Este mundo hay que cambiarlo, esto es una revolución".

¿Cómo llegó usted a ese momento de su vida?

Fray "Tormenta" vio la foto del momento en que detuvo la locomotora en Orizaba y sonrió.

"Yo no puedo quedarme callado ni en el convento haciendo celebraciones y rezando. Ante todo este río de sangre había que poner un dique, mi propia persona por el momento", dijo el fraile.

Detrás de sus palabras, se escuchaba el bullicio de unos migrantes cortando las extremidades de un garrobo recién cazado frente al albergue y sacándole la piel mientras otros hervían agua para hacer la sopa.

lunes, 29 de julio de 2013

Al matón no le faltan flores en su tumba

Rodrigo Soberanes (también publicado en Jornada Veracruz) 

Cuando era niña, recuerda que trató de cruzar una cerca de alambre de púas y que un hombre -"muy guapo y de ojos claros"- la ayudó tomándola de la mano. Luego su padre le dijo: "ese que te ayudó es ´X`"… el Matón.

Todos en esa reunión, incluyendo la niña, sabían que el Matón llevaba 20 años siendo asesino a sueldo, pero en esos tiempos los gatilleros caminaban como cualquier otro en las calles de algunas regiones de Los Tuxtlas.

La tumba del matón no está un cementerio, o al menos no parece. Está en un potrero donde solo hay otros dos sepulcros más y no están cerca del suyo. La hierba llega hasta las espinillas y no hay una reja para entrar.

Pero dentro del espacio de su morada, nunca faltan las flores y quién sabe qué tanta gente se detiene en esa curva ciega de carretera para meterse a la maleza y embellecer la morada del Matón.

San "X", le dicen de broma por la cantidad de flor que le llevan.

Más atrás en el tiempo, por ahí de 1956, ocurrió un crimen entre hermanos. Versiones dicen que fue por una mujer, aunque esto no es tan relevante porque en esos rumbos "te mataban por cualquier cosa".

Uno le metió una bala en el pecho al otro y lo dejó tirado y muerto en el monte. Se cuenta que en su sepelio, algunos con pesar y otros no, le besaron los pies porque así reza la costumbre.

Era una camada de hermanos en la que varios se dedicaban al "oficio" de quitar vidas u otras cosas como vacas, maíz, cerdos, "lo que sea". Eran malandrillos que conseguían dinero fácil.

A varios de ellos les pasó que las balas cambiaron de dirección y fallecieron por plomazos, uno desapareció y dicen que otro anda por ahí "viejo y olvidado", sin contar detalles de esa época.

"Por ahí no pasó Dios, te mataban por cualquier cosa, siempre fue una zona donde la gente se mandaba a matar, incluso entre familiares", dice uno de los relatos.

Llegaron los años setenta y ochenta y en la región abundaban los soneros nuevos que ahora son famosos. Andaban como cardumen de peces en los fandangos, amaneciendo y dándole dolores de cabeza a sus papás, también soneros y parranderos.

Y tal como los fiesteros que tocaban el requinto, la jarana y el "violín para espantar al Diablo", andaba el Matón y uno que otro pariente suyo asesinando hasta por cinco mil pesos, recuerda un señor entrado en años desde su ranchería.

En los ochenta, el Matón era el azote de la región. Su primer pleito por amores que resalta a la memoria acabó a tiros y con ella, la dama en disputa, muerta por una bala perdida.

El novio de la accisa resultó pariente de un mandatario, que además de poder, también era de estirpe de armas tomar. Y se soltó un pandemonium entre familias y X huyó a salto de mata.

Nunca se supo a dónde fue pero sí dejaba pistas porque donde se rumoraba que iba, comenzaban los desmanes y las tragedias propias de los "malandrillos" de antes.

"Era un matón mediocre, mataba hasta por cinco mil pesos, lo que pasa es que era muy guapo", y así se explican las personas que fuera tan notorio ese X.

Dicen los que se fueron de borrachos con él, que era tranquilo y caía bien. "Un tal Isidro no tenía quien le matara un cerdo, entonces el X sacó un hacha y se lo echó sin pensarlo…no sabemos cuánta gente mató".

Una grave enfermedad lo hizo volver a su tierra cuando el encono entre familias había bajado. Luego "se casó o se juntó" y tuvo dos hijas que por ahí andan, y también parece que volvió a transgredir alguna ley natural y se armó un alboroto que le habría costado la vida.

"La versión es que su suegro es el que lo acabó mandando a matar pagándole 150 mil pesos a su primo-cuñado (…) Cuando estaba trabajando en la sandía, le rompieron la mitad del rostro. Luego hicieron parecer que se había accidentado".

Sucedió en 2008. Nadie se extrañó de su muerte.

A su funeral llegó gente de mucho dinero, con trajes y camionetones. Dejaron muchas flores y coronas ¿En qué mafia estaba metido?, ahí salió una parte de su vida que era secreto a voces.

Hubo una prima que lo lloró mucho y "el matón del Matón quedó medio loco y por ahí anda. ¿Cómo lo pudo matar? pues es así, es tradición".

lunes, 15 de julio de 2013

¿El regreso de la Tiburomanía?

(Publicado también en www.revistaera.com)

Era 1989 y Veracruz era gobernado por el mandatario interino Dante Delgado Ranauro. Ese año hizo volver a los Tiburones Rojos al fútbol de primera división nacional con dinero público.
Era un club armado al vapor por Bora Milutinovic (director deportivo) y Héctor, El Capi Sanabria (director técnico) con jugadores de renombre pero cercanos al retiro como Eduardo Moses, Omar Palma y Jorge Comas.
Los malos resultados fortalecían la tesis de que los Tiburones Rojos eran los candidatos a descender a la Segunda División y Sanabria era despedido del equipo a las pocas jornadas de iniciado el torneo 1989-1990.
Cuando el uruguayo Roberto Matosas tomó la dirección del equipo, llegaron los buenos resultados, y a mitad de temporada el fenómeno social ya tenía nombre: Tiburomanía.
A mitad de temporada, Dante Delgado disfrutaba de la aceptación social en todo el estado, incluyendo las comunidades, recuerda Roberto Matosas:
"Iba de gira de trabajo por lo pueblos y la gente en vez de pedirle alumbrado, pedirle saneamiento y pedirle obras públicas, le decían que había apoyo para que el equipo si necesitara alguna colaboración económica, ellos estaban dispuestos a darla".

Los ídolos
En un rancho de Coatepec, Diego, un niño campesino llegado desde Chiapas, pateaba una pelota sin aire. Jugaba a ser Eduardo Moses y correr muy fuerte por el lado derecho de la cancha para "mandar centros".
Escuchaba los partidos con un aparato de radio de pilas y gozaba con la pieza de chunchaca Vamos Tiburones al Ataque (quiero ver jugadas que aplaudir, con tus goles quiero sonreír...).
En Boca del Río, el propio ex delantero Lalo Moses recuerda: "Ver un partido de los Tiburones Rojos era todo un acontecimiento en la ciudad, conseguir un boleto, más difícil. Entonces se fue creando un fenómeno social. En otros equipos jugabas con cinco mil personas, aquí eran los que nos iban a ver entrenar".
Jorge Comas, delantero zurdo, veloz y atrevido, le contagió a miles de niños su look de pelo corto y largo abajo de la nuca, y se convirtió en el ícono que la afición iba a ver jugar al estadio Luis Pirata Fuente.
"Se corta el pelo a la Comas", decía un anuncio de la peluquería El Pillo, donde se ufanaban de haber diseñado el corte del ídolo argentino, lo cual, por cierto, era mentira.
"Estábamos una o dos horas firmando autógrafos después de cada entrenamiento", recuerda el ex delantero y goleador de Vélez Sarsfield y Boca Juniors, en Argentina.

Pan y circo
El politólogo y catedrático universitario, Carlos Ronzón Verónica, opina que la premisa "pan y circo al pueblo" acuñada en tiempos del imperio romano, sigue vigente, y que el fútbol es un catalizador social utilizado por los gobernantes con fines políticos.
El 30 de mayo pasado, el gobernador Javier Duarte de Ochoa encabezó una rueda de prensa en el estadio Luis Pirata Fuente con el empresario y ex diputado del PRI, Fidel Kuri Grajales, el dueño de los Tiburones Rojos.
Duarte dio un mensaje previamente preparado (Fidel Kuri, no) en el que enfatizó el hecho de que él, como gobernador, le había prometido al pueblo traer un equipo de primera división a Veracruz.
Fidel Kuri era dueño de los Reboceros de la Piedad y ganó el derecho a ascender por la vía deportiva al ganar el campeonato de la Liga de Ascenso. Esto después de un periplo por Coatzacoalcos, Orizaba y Veracruz donde sus equipos siempre dieron una buena imagen.
Pero, Javier Duarte dijo ese 30 de mayo:
"Como gobernador, y desde antes, me comprometí con los veracruzanos a traer a los Escualos de regreso a la ciudad de Veracruz. Yo les puedo decir, palabra cumplida".
Sobre esto, el politólogo Ronzón Verónica opinó:
"Lo trajo (el equipo) como factor mediático en un momento en el que su popularidad está sumamente dañada por poner en peligro el proyecto estrella de Enrique Peña Nieto, que es el Pacto por México".
El especialista se refirió al escándalo de unos vídeos publicados por el Partido Acción Nacional (PAN) donde aparecen funcionarios planeando desviar recursos para las campañas.

Tiburones errantes
A José Valdez, aficionado desde los ocho años que viajaba desde Piedras Negras, Tlalixcoyan, hacia Veracruz cada 15 días para ver los partidos, no se le escapan detalles de la Tiburomanía.
"La franquicia regresó a Veracruz en 1989 después de 10 años de no tener ningún equipo. En ese entonces, compraron la franquicia de los Toros Neza", recuerda. .
"Era un proyecto encabezado por...", "con jugadores como...", "Ese año se instauró el término Tiburomanía..", dice el aficionado durante el recorrido de sus recuerdos, en el que casi no se le puede interrumpir para alguna pregunta.
"Eran unas invasiones tremendas (de aficionados) a la ciudad de México y Puebla. Eran caravanas de autobuses" en las que él, de niño, era llevado por su padre, en la que los noticiarios deportivos nombraban, la marea roja.
Los Tiburones se mantuvieron en la Primera División hasta la temporada 1997-1998, cuando ya no quedaba huella de ese arrastre popular que incluso utilizó Dante Delgado en 2004 cuando fue candidato a gobernador.
"Permanecieron en Segunda División por cinco años hasta que volvieron por méritos deportivos, la única vez que lo han hecho", recuerda José Valdés en su repaso histórico.
Después "llega la franquicia de Irapuato ese mismo", luego llegó la figura Ángel Matute Morales, "que llevó a semifinales al equipo para perder con Morelia. Con más de cinco mil aficionados en Morelia".
Con el jugador Cuauhtémoc Blanco y la afición de los Tiburones Rojos vuelven a llenar estadios ajenos y consiguen el liderato general, que no sirvió más que para llegar a la primera etapa de la liguilla. Perdieron con los Pumas.
Corría el sexenio de Miguel Alemán Velasco. El "dueño" del equipo era el empresario de la tauromaquia Rafael Herrerías, desposeído de la franquicia con el próximo gobernador, Fidel Herrera Beltrán.
Herrerías fue acusado por la Comisión de Vigilancia del congreso Local por presuntamente haber recibido dinero público para comprar las cartas de jugadores como Kleber Boas y Romagnoli.
José Valdés recuerda que "ese fue el último equipo competitivo, y en 2008 volvió a ir al descenso. Hasta hoy".

Fútbol y política
El 30 de mayo, Duarte remató su discurso:
"Veracruz vive un nuevo impulso respaldado por el apoyo solidario del presidente Enrique Peña Nieto. Él sabe que el deporte es una palanca para fortalecer nuestro tejido social. Actuando unidos los veracruzanos podremos alcanzar todo lo que nos proponemos. Veracruz está en movimiento, son tiempos de jugar unidos para transformar a México", soltó el gobernador ante el silencio de Kuri.
El empresario habló hasta que los reporteros le hicieron preguntas. Respondió a cuestionamientos sobre temas administrativos y deportivos, habló de sus aspiraciones como empresario y de su alegría de volver a su estado.
Y, la única oración que soltó sin que alguien le hiciera una pregunta expresa fue:
"Siempre hay un diablillo que se nos mete por este lado. No podemos dejarnos llevar por la gente que quiere politizar este tema, aquí es fútbol y vamos a hacer las cosas bien".
Ronzón Verónica se cuestionó: "¿Qué tanta rentabilidad se obtiene, qué tanto se traduce en votos un equipo de fútbol? Si al equipo le va bien, el equipo es de todos, si no, no. Tiene ese doble efecto".
El aficionado José Valdés opina:
"La gente aquí en Veracruz es muy fiel. Nosotros que hemos tenido un equipo siempre armado al ahí se va y a ver qué sale, teniendo jugadores que estén en la cancha y se rompan la madre, con eso nos conformamos".