lunes, 3 de octubre de 2011

Mujer frente a la morgue: "es el último lugar donde queríamos buscarlo"

Un hombre con bata blanca y una lista en la mano salió de la morgue de Boca del Río. Con un ademán pidió a una familia que se acercara, les iba a decir si la foto de su familiar desaparecido coincidía o no con alguno de los más de 35 cuerpos que han sido arrojados a la calle en esa ciudad.

"Es el último lugar en donde queríamos buscarlo", dijo, a e-consulta, la hermana de un hombre desaparecido hace dos meses en el Puerto de Veracruz. Junto a ella estaban su padre, madre y cuñada.

El martes 20 de septiembre, 35 cuerpos fueron arrojados a escasos metros de donde, un día después inició una cumbre de todos los procuradores de justicia del país, incluída la titular de la Procuraduría General de Justicia (PGR), Marisela Morales.

El jueves 22, fuentes oficiales de la federación informaron que 14 cuerpos más fueron arrojados en distintos puntos de la zona conturbada de Veracruz y Boca del Río.

Ante estos hechos, la Procuraduría General de Justicia recibió instrucción de no emitir información, según pudo confirmar e-consulta. Al ser cuestionado el gobernador de Veracruz sobre este asunto, negó los hechos.

La capacidad del Servicio Forense fue rebasada y los cuerpos fueron colocados en el patio del edificio, cubiertos aparentemente con los mismos plásticos azules que los tapaban dentro de las camionetas donde fueron abandonados.

Esas camionetas de redilas son similares a la que encuentra adentro de la morgue, según se puede observar en imágenes captadas durante un momento en que se abrió la puerta de la cochera.

La sangre corría por el piso y personal de la PGJE caminaba con guantes y tapabocas. Al fondo se ven los cuerpos tendidos que ya comienzan a dar muestras de descomposición avanzada.

Sobre el techo fue colocado un ventilador de un metro y medio aproximadamente que apunta hacia los cadáveres y lanza su fetidez hacia la calle. El olor penetrante llega hasta unos 50 metros de distancia donde esperan padre, madre, hermana y pareja de un desaparecido.

Cuenta la mujer de unos 30 años que pidió el anonimato, que decidieron interponer una denuncia ante la PGJE un mes después de la desaparición. No lo hicieron antes por falta de confianza en las autoridades. "Ya ves cómo está la situación", dijo.

En su búsqueda, dijo, no le quedaban más caminos y decidieron denunciar hace 30 días -la desaparición fue hace dos meses-. Desde entonces, ningún atisbo sobre el paradero de su familiar hasta el martes 20 en que se dio a conocer la masacre y el jueves 22 en que continuó la aparición de cadáveres en las calles.

La morgue es resguardada por elementos del Ejército. Pequeños grupos de personas esperan en la puerta del edificio, otros lo hacen a una distancia prudente para no recibir los olores que ya llegan a la calle.

El gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, declaró en su cuenta de Twitter que los 35 cuerpos hallados el lunes habían sido identificados, y aseguró que cada uno de ellos tenía antecedentes penales del ámbito federal.

No obstante, la familia que esperaba contó que la PGJE les solicitó llevar "una foto reciente" de su ser querido para cotejarla con los cadáveres, reconocibles debido a que murieron por asfixia y no por algún otro método que pudiera alterar las características de los cuerpos.

Esto es "porque no hay registros", dijo la entrevistada, que interrumpió la plática cuando una de ellas señaló la puerta de la morgue de donde salió el hombre de la lista. ¿Quién va y quién se queda?, discutieron.

Fueron la madre y la hermana. El padre y la pareja las siguieron con la mirada desde que fueron, hablaron con el funcionario, regresaron y dijeron que su familiar no estaba entre las decenas de muertos acumulados.