lunes, 15 de julio de 2013

¿El regreso de la Tiburomanía?

(Publicado también en www.revistaera.com)

Era 1989 y Veracruz era gobernado por el mandatario interino Dante Delgado Ranauro. Ese año hizo volver a los Tiburones Rojos al fútbol de primera división nacional con dinero público.
Era un club armado al vapor por Bora Milutinovic (director deportivo) y Héctor, El Capi Sanabria (director técnico) con jugadores de renombre pero cercanos al retiro como Eduardo Moses, Omar Palma y Jorge Comas.
Los malos resultados fortalecían la tesis de que los Tiburones Rojos eran los candidatos a descender a la Segunda División y Sanabria era despedido del equipo a las pocas jornadas de iniciado el torneo 1989-1990.
Cuando el uruguayo Roberto Matosas tomó la dirección del equipo, llegaron los buenos resultados, y a mitad de temporada el fenómeno social ya tenía nombre: Tiburomanía.
A mitad de temporada, Dante Delgado disfrutaba de la aceptación social en todo el estado, incluyendo las comunidades, recuerda Roberto Matosas:
"Iba de gira de trabajo por lo pueblos y la gente en vez de pedirle alumbrado, pedirle saneamiento y pedirle obras públicas, le decían que había apoyo para que el equipo si necesitara alguna colaboración económica, ellos estaban dispuestos a darla".

Los ídolos
En un rancho de Coatepec, Diego, un niño campesino llegado desde Chiapas, pateaba una pelota sin aire. Jugaba a ser Eduardo Moses y correr muy fuerte por el lado derecho de la cancha para "mandar centros".
Escuchaba los partidos con un aparato de radio de pilas y gozaba con la pieza de chunchaca Vamos Tiburones al Ataque (quiero ver jugadas que aplaudir, con tus goles quiero sonreír...).
En Boca del Río, el propio ex delantero Lalo Moses recuerda: "Ver un partido de los Tiburones Rojos era todo un acontecimiento en la ciudad, conseguir un boleto, más difícil. Entonces se fue creando un fenómeno social. En otros equipos jugabas con cinco mil personas, aquí eran los que nos iban a ver entrenar".
Jorge Comas, delantero zurdo, veloz y atrevido, le contagió a miles de niños su look de pelo corto y largo abajo de la nuca, y se convirtió en el ícono que la afición iba a ver jugar al estadio Luis Pirata Fuente.
"Se corta el pelo a la Comas", decía un anuncio de la peluquería El Pillo, donde se ufanaban de haber diseñado el corte del ídolo argentino, lo cual, por cierto, era mentira.
"Estábamos una o dos horas firmando autógrafos después de cada entrenamiento", recuerda el ex delantero y goleador de Vélez Sarsfield y Boca Juniors, en Argentina.

Pan y circo
El politólogo y catedrático universitario, Carlos Ronzón Verónica, opina que la premisa "pan y circo al pueblo" acuñada en tiempos del imperio romano, sigue vigente, y que el fútbol es un catalizador social utilizado por los gobernantes con fines políticos.
El 30 de mayo pasado, el gobernador Javier Duarte de Ochoa encabezó una rueda de prensa en el estadio Luis Pirata Fuente con el empresario y ex diputado del PRI, Fidel Kuri Grajales, el dueño de los Tiburones Rojos.
Duarte dio un mensaje previamente preparado (Fidel Kuri, no) en el que enfatizó el hecho de que él, como gobernador, le había prometido al pueblo traer un equipo de primera división a Veracruz.
Fidel Kuri era dueño de los Reboceros de la Piedad y ganó el derecho a ascender por la vía deportiva al ganar el campeonato de la Liga de Ascenso. Esto después de un periplo por Coatzacoalcos, Orizaba y Veracruz donde sus equipos siempre dieron una buena imagen.
Pero, Javier Duarte dijo ese 30 de mayo:
"Como gobernador, y desde antes, me comprometí con los veracruzanos a traer a los Escualos de regreso a la ciudad de Veracruz. Yo les puedo decir, palabra cumplida".
Sobre esto, el politólogo Ronzón Verónica opinó:
"Lo trajo (el equipo) como factor mediático en un momento en el que su popularidad está sumamente dañada por poner en peligro el proyecto estrella de Enrique Peña Nieto, que es el Pacto por México".
El especialista se refirió al escándalo de unos vídeos publicados por el Partido Acción Nacional (PAN) donde aparecen funcionarios planeando desviar recursos para las campañas.

Tiburones errantes
A José Valdez, aficionado desde los ocho años que viajaba desde Piedras Negras, Tlalixcoyan, hacia Veracruz cada 15 días para ver los partidos, no se le escapan detalles de la Tiburomanía.
"La franquicia regresó a Veracruz en 1989 después de 10 años de no tener ningún equipo. En ese entonces, compraron la franquicia de los Toros Neza", recuerda. .
"Era un proyecto encabezado por...", "con jugadores como...", "Ese año se instauró el término Tiburomanía..", dice el aficionado durante el recorrido de sus recuerdos, en el que casi no se le puede interrumpir para alguna pregunta.
"Eran unas invasiones tremendas (de aficionados) a la ciudad de México y Puebla. Eran caravanas de autobuses" en las que él, de niño, era llevado por su padre, en la que los noticiarios deportivos nombraban, la marea roja.
Los Tiburones se mantuvieron en la Primera División hasta la temporada 1997-1998, cuando ya no quedaba huella de ese arrastre popular que incluso utilizó Dante Delgado en 2004 cuando fue candidato a gobernador.
"Permanecieron en Segunda División por cinco años hasta que volvieron por méritos deportivos, la única vez que lo han hecho", recuerda José Valdés en su repaso histórico.
Después "llega la franquicia de Irapuato ese mismo", luego llegó la figura Ángel Matute Morales, "que llevó a semifinales al equipo para perder con Morelia. Con más de cinco mil aficionados en Morelia".
Con el jugador Cuauhtémoc Blanco y la afición de los Tiburones Rojos vuelven a llenar estadios ajenos y consiguen el liderato general, que no sirvió más que para llegar a la primera etapa de la liguilla. Perdieron con los Pumas.
Corría el sexenio de Miguel Alemán Velasco. El "dueño" del equipo era el empresario de la tauromaquia Rafael Herrerías, desposeído de la franquicia con el próximo gobernador, Fidel Herrera Beltrán.
Herrerías fue acusado por la Comisión de Vigilancia del congreso Local por presuntamente haber recibido dinero público para comprar las cartas de jugadores como Kleber Boas y Romagnoli.
José Valdés recuerda que "ese fue el último equipo competitivo, y en 2008 volvió a ir al descenso. Hasta hoy".

Fútbol y política
El 30 de mayo, Duarte remató su discurso:
"Veracruz vive un nuevo impulso respaldado por el apoyo solidario del presidente Enrique Peña Nieto. Él sabe que el deporte es una palanca para fortalecer nuestro tejido social. Actuando unidos los veracruzanos podremos alcanzar todo lo que nos proponemos. Veracruz está en movimiento, son tiempos de jugar unidos para transformar a México", soltó el gobernador ante el silencio de Kuri.
El empresario habló hasta que los reporteros le hicieron preguntas. Respondió a cuestionamientos sobre temas administrativos y deportivos, habló de sus aspiraciones como empresario y de su alegría de volver a su estado.
Y, la única oración que soltó sin que alguien le hiciera una pregunta expresa fue:
"Siempre hay un diablillo que se nos mete por este lado. No podemos dejarnos llevar por la gente que quiere politizar este tema, aquí es fútbol y vamos a hacer las cosas bien".
Ronzón Verónica se cuestionó: "¿Qué tanta rentabilidad se obtiene, qué tanto se traduce en votos un equipo de fútbol? Si al equipo le va bien, el equipo es de todos, si no, no. Tiene ese doble efecto".
El aficionado José Valdés opina:
"La gente aquí en Veracruz es muy fiel. Nosotros que hemos tenido un equipo siempre armado al ahí se va y a ver qué sale, teniendo jugadores que estén en la cancha y se rompan la madre, con eso nos conformamos".

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