lunes, 8 de marzo de 2010

Sin ventanas pero feliz

Un jarocho, joven y amanerado, se salvó hoy de que los vidrios de sus ventanas se le enterraran en la cara.


Llegó a su casa, abrió la puerta, entró y la cerró lentamente. Más despacio que de costumbre, dijo. Eran las 5: 17 de la tarde. En las casuchas de enfrente, dentro de la vecindad, explotó un tanque de gas.


Los muros de los infortunados cayeron y las estructuras se pandearon. Adentro quedaron achicharrados los electrodométicos y las televisiones. En casa del jarocho volaron los vidrios y se incrustaron en su puerta.


El estruendo lo hizo saltar y sobresaltarse cual santa madona. Lo digo porque así lo dijo él, burlándose de sí mismo y de su casa ahora con exceso de ventilación.


En medio de sirenas y movimientos de los cuerpos de seguridad, el político famoso escuchó cuando me lo contaba. se acercó y le preguntó si él era el dueño de la casa sin vidrios y cuarteada. Sí, yo soy, le respondió. Te vamos a apoyar, le prometió. Ok, gracias, le dijo, importándole un carajo.


No lo reconoció y tampoco le hizo caso porque estaba absorto observando a los soldados que llegaron -con capuchas y armas largas- a descartar que se haya tratado de un explosivo de los malosos y aplicar el plan DN III.


Explosiones, virilidad, olor a quemado y cámaras de televisión frente a sus ojos. Y en su casa.


Hoy duerme con la brisa rodeando sus aposentos, lleno de vida y a salvo de las falsas promesas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Increible... como siempre... encontrando realismo mágico en las vidas que aunque 'cotidianas', sorprenden.

Tranxmutando dijo...

Esos son de los pocos seres humanos que si saben disfrutar de la vida y él sabe que todo es cuestion de enfoques tiene lo mas importante que es el poder respirar.

saludos muñekote
La otra cara de la notica muy bien!

Anónimo dijo...

jajajaja, que chido el jarocho!, esa imagen debe haberle durado más que la de toda la explosión. Que gusto leerte de nuevo. Loló.