domingo, 7 de septiembre de 2008

Acto sutil y violento

Una anécdota que me había tardado en escribir. En el trabajo dentro de los medios de información en México, podría decir sin temor a equivocarme, que cada día se da alguna circunstancia que te recuerda lo podridos que están.
El sábado 30 de agosto, después de la marcha contra la inseguridad, nos encontrábamos en la redacción armando las páginas que habrían de contener la información que se generó. Se eligió dar prioridad al material fotográfico, había de sobra. Una de las imágenes que escogimos es la de una mujer mostrando una fotografía de un hombre desaparecido. El pie de foto que elegí fue: "Aquí en Veracruz también hay desaparecidos por el crimen"... "nadamás cámbiale ese pie y queda lista la página" me dijo alguien a quien debía obedecer.
No hubo el más mínimo intento por decir una verdad tan lastimosa, el criterio del periódico es una cosa, pero existe un acto reflejo que los informantes deben tener, que consiste en por lo menos sentir la necesidad de intentar que las cosas se digan como son y más asuntos como ese, en un día trascendental en la lucha contra la inseguridad.
Todos los medios de información dicen unirse a esa causa. Es mentira. Dentro de las redacciones de los medios locales de Veracruz ocurre lo que en cualquier oficina de gobierno. Corrupción, cobardía, codicia, rendición. El resultado es un clima de opinión ficticio, asqueroso, de pleitesía hacia el poder. ¿Qué importa que una mujer haya salido a la calle con la foto de un ser querido que desapareció? nada. Importa cuidar toda posibilidad -por mínima que sea- de herir susceptibilidades del poder, la ubre que alimenta a los que tienen las herramientas de informar.
Es un ejemplo demasiado sencillo, de una frase de 9 palabras, pero dice mucho. Me pareció un acto sumamente sutil y violento.

4 comentarios:

Bruno Ferreira dijo...

Un acto, el que describes, por demás sutil, violento, cobarde, asqueroso, mediocre, despreciable, indigno, triste, y todas las palabras relacionadas habidas y por haber. Saludos, Don Rodrigo.

Celeste Laviani dijo...

Ró.
Esto que escribes se me hace (sutilmente) conocido. Para los que nos encontramos en esos ambientes de los que hablas, creo yo, lo importante es no perder tierra.
El simple acto de estar consciente y criticarlo, ya te hace un ser humano en toda la extensión de la palabra.
Desgraciadamente... dudo que esto desaparezca.
Excelente observación.
¡Un abrazo, Don!

Anónimo dijo...

Changos cuanta razòn tienes, lo increible es que todos miramos impotentes pero pocos lavantan la voz ¡caramba! cuanta podredumbre estamos dispuestos a seguir aguantando, cuàntas noticias seguiran escondiendo, manipulando, ignorando.¿què somos? ¿humanos o esculturas de porquerìa?

saludines a los cuadernos

Unknown dijo...

A veces, un instante antes de levantarme con rumbo de la maquillada rendición me desbarata la idea de lo que se aproxima: Allí estoy, frente al panorama noticioso del día eligiendo la nota cuya putrefacción se merezca unos cuantos trazos de denuncia, siento la fetidez de la voz de quién me va a decir en unos minutos su rotundo "eso no lo vamos a manejar"; o mientras pienso, al son del zangoloteo del camión que me lleva rumbo a "ese diario", si no sería acaso lo mas honesto levantarse del asiento, darle las gracias al chofer por no matarme en el trayecto, y bajarme para echar a andar; irme derechito, derechito. Recordar la censura y como el caballo que va dejando tras de si el resto de lo que algún dia fué alimento, ir tirando para nunca mas la estupidez consagrada de los lambizcones seudo-periodistas que lucen sus tremendas camionetas mercadas con la sangre del derecho a la verdad; soltar de una vez y para siempre el recuerdo de los tantos "nomás no te metas con su majestad, tampoco con su corte real, menos con sus bufones, criados y criadas" ó "Es que no queremos mencionar esto u aquello, mejor vete con una-del-tiburón." Dejarse ir sin rumbo, lejos. Nunca regresar

Pero no, sigue el jaloneo, la lucha, la llave y la contra-llave. Los sueños inspiran mucho mas que la realidad.